jueves, 5 de mayo de 2011

El asunto de Libia

Mi amiga Mariló, que es licenciada y persona de confianza en esto de la cultura, me aconsejó buscar en el diccionario las palabras que no conozca. ¡Yo se lo dije!: con las mías me sobran para moverme por el mundo, ni con un cerebro mil veces el mío podría entender las de un político, pero ella es pesadísima. En eso estábamos cuando me enteré que había una guerra en Libia (o muchas en otros países de árabes, que esto no lo entendí bien). Fui a un atlas geográfico de Pilina, la hija de mi vecina de la derecha, que está en segundo de la ESO, y vi que las guerras están a nuestro lado, a dos centímetros de mi país. ¡Quién me mandaría a mí ver la televisión! ¡Oigan, que no es una tontería, que a poco que muevan el dedo índice sobre algún botón nos convertimos en muertos!

Encendí de nuevo el aparato con un hormigueo en la tripa que no sé si era hambre o miedo. No era lo primero, me comí una libra de chocolate y seguía el puñetero, así que escuché con atención. Parece ser que un señor operadísimo (y mal operado porque parece una momia) llevaba una vida muy divertida, con fiestas y túnicas de hilo de oro, a costa de los libios. Y, por si la cosa se ponía mal y le quitaban las orgías, se había dedicado a comprar armas a Europa (incluída España). Después…ya no entendí nada más que, en lugar de amenazar con suicidarse como hace la madre de Pilina cuando no se sale con la suya, amenazaba con “suicidar” a quien le contrariase. Parece que ya lo hizo en su país que era el que más cerca le pillaba.

Oir esto y convertirse mi barriga en un frente de guerra fue todo en uno. Cogí una libreta y escribí las dos primeras palabras que no entendía: aversión y sátrapa a ver si comprendía todo este asunto.

Seguí los consejos de mi amiga y fui al diccionario, allí ponía:

Aversión: Rechazo o repugnancia frente a alguien o algo
Sátrapa: Hombre sagaz, que sabe gobernarse con astucia e inteligencia, o que gobierna despóticamente.

Y, gracias a ello, ya tengo una idea de lo que pasa.

1, Hay un señor en Libia al que le falta un tornillo y tiene asco a todo el mundo.
2. Europa le da armas para que juegue y se entretenga en lugar de hacer fiestas indecorosas, que eso siempre ofendió a los de por acá. Aunque hay que tener dos dedos de frente para vendérselas a un loco perdido. Debe ser por lo del libre mercado y la globalización que me explicó Mariló el otro día, ¡vamos!, que no importa lo qué pase si te dan un euro. Como en la realidad, nada nuevo.
3. A este señor se le antoja jugar contra los demás por si a los otros les da por jugar con él previniendo lo que puede pasar.
4. Encima el susodicho es inteligente, puede salirse con la suya teniendo en cuenta lo poco listos que son los otros.
5. Que mandan a la OTAN o a la ONU o a Estados Unidos (que, para mí que es lo mismo) a que ponga orden. No sé si sólo a Libia o a los países de Europa porque, creo, les hace falta un poco de orden a todos.

Y en estas estoy, escuchando las noticias a diario para ver en qué acaba todo.

Yo, por si acaso, estoy llevando al trastero del sótano las cosas más imprescindibles como maquillaje, desodorante y algunos modelitos de otras temporadas ¡no vaya a ser que todos ellos empiecen a lanzarse bombas para hacerse los machos y tenga que refugiarme bajo tierra!